viernes, 19 de octubre de 2012

técnicas tibetanas que funcionan de maravilla para canalizar las presiones



Excelente para comenzar Hoy Les dejo 3 fabulosas técnicas tibetanas que funcionan de maravilla para canalizar las presiones de nuestro día a día.


1-Deben sentarse en forma de flor de loto o en su defecto recostarse en una silla, con los pies separados, espalda relajada, cabeza hacia atrás, manos sobre los muslos y palmas hacia arriba.
2- Tomar aire y repetir tres veces el primer mantra,
el MANTRA DEL DESAPEGO...
MEEEEEE SAAAAAAAAABEEEEEEEEEE A MIEEEEEEEEEEEEEEEERDAAAA .....

3- Ahora repite el segundo mantra,
el MANTRA DE LA PURIFICACIÓN
para liberar el sistema energético, la memoria y el inconsciente, repite cuantas veces haga falta..
EL COOOOÑOOOOOOOO DE SU MADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE...

4- Finalmente y no menos importante el tercer mantra,
el MANTRA DE LA DESIDENTIFICACIÓN...
para soltar cualquier situación que pueda estarte afectando.
NOOO EEES MI PEEEOOOOOOOO.

Espero le sean útiles estas herramientas. 

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Que es un gran Vino?




gran-vino
En torno al vino ronda más de un mito; a mayor el precio, mejor calidad, por ejemplo, o que los añosacumulados por una botella ofrendarán un caldo memorable.
Puede que ambos parámetros cuenten en algunos, no todos los casos. Un vino no tiene que ser el más costoso de la carta para llevarse el palmarés.
Pasa, también, con ciertos vinos, que más vale descorcharlos antes de que envejezcan demasiado, en sujusta madurez, cuando no jóvenes aún.
Un gran vino es la conjunción perfecta de atributos naturales, suelo, agua, cepa, temperatura, exposición al viento y al sol; esa suma afortunada que los franceses llaman “terroir” y demanda el más cuidadoso entendimiento del hombre con el viñedo.
La permanencia en barrica y la debida guarda en botella culminan el milagro del vino.

Descubren que la cerveza es la bebida que más resiste las radiaciones nucleares


Cada vez son más las películas y series que tratan de llevar a la pantalla como sería sobrevivir en un mundo después del Apocalipsis arrasado por alguna catástrofe que acabara con la vida. Pues bien, ahora es posible saber que si, por ejemplo, una guerra nuclear asolara la Tierra, una de las bebidas que menos absorbería la radiación sería la cerveza, según ha informado el historiador Alex Wellerstein.
Sin embargo, este dato no se ha descubierto en un novedoso estudio llevado a cabo hace pocas semanas, sino que salió a la luz en una tesis encargada por la Administración Federal de la Defensa Civil norteamericana en 1957. Y es que, el miedo a una guerra nuclear llevó a Estados Unidos a autorizar un experimento para descubrir si la cerveza se vería afectada negativamente por la radiación de una bomba atómica.
Así, se planeó efectuar un estudio (al que se denominó «El efecto de las explosiones nucleares sobre las bebidas envasadas comercialmente») mediante el cual se situaron una serie de latas de varias bebidas en el lugar en el que se haría estallar una bomba nuclear. Además, para averiguar si las ondas afectaban de manera diferente a los productos dependiendo de la distancia a la que recibieran la radiación, se colocaron varias botellas a una distancia del punto de detonación de entre uno y tres kilómetros.
Como era de esperar, las botellas más cercanas a la zona cero contenían una gran cantidad de radiación, sin embargo, la sorpresa llegó al examinar las que se situaban a una cierta distancia: las latas de cerveza eran las menos contaminadas y era posible beberlas casi con toda seguridad.
De esta forma quedó demostrado que la cerveza resiste una liberación de energía equivalente a entre 20 y 30 kilotones de explosivo nuclear. Concretamente, los expertos señalaron que la radiación que contenía esta bebida se encontraba dentro de los límites permitidos para su uso en caso de emergencia.
Además, el estudio no se detuvo aquí, sino que también se aventuró a demostrar si el sabor de la cerveza cambiaba después de la exposición a la radiación. Para ello, usaron supuestamente a una serie de catadores que sentenciaron que las bebidas más alejadas no sufrían apenas cambios en su gusto original.
Así que ya lo sabe, si algún día un apocalipsis nuclear cae sobre su ciudad, no lo dude, puede abrir tranquilamente una lata de cerveza y tomarse «una caña» en medio del desastre, eso sí, encontrar algo de picar no contaminado sea quizás algo más difícil.